DIARIO LA HORA (Quito) www.lahora.com.ec
Por: Rosita Gorotiza
Desde Guayaquil-Ecuador
Han pasado 83 años desde que el cineasta guayaquileño Augusto San Miguel difundió su film El tesoro de Atahualpa. La cinta se hizo en formato mudo y fue emitida justamente un 7 de agosto de 1924 en los teatros Edén y Colón, de la ciudad porteña.
Precisamente fue que por esa fecha es que el historiador Hugo Delgado Cepeda propuso a que se declare cada 7 de agosto como el Día del Cine Ecuatoriano. El reconocimiento a los pioneros del séptimo arte a nivel nacional, la evolución del mismo y los triunfos internacionales que ha alcanzado en el exterior fueron los argumentados presentados por Delgado para que cada 7 de agosto sea conocido como el Día del Cine Nacional.
Es así que los mejores cineastas se reunieron precisamente ese día en las instalaciones del Maac Cine, en Guayaquil.
El propósito no solo era conmemorar el aniversario del cine, sino que además galardonar a guionistas, directores y actores ecuatorianos que han permitido que el séptimo arte nacional evolucione cada día más.
Uno de ellos fue Fernando Mieles, quien fue condecorado gracias a su película Prometeo deportado, una cinta de ficción que le permitió no solo recibir de parte del Ministerio de Educación y del Consejo Nacional de Cinematografía una medalla de honor, sino que además un reconocimiento
En efectivo de 25.000 para sus futuras producciones.
Mieles realizó sus estudios en la Escuela Internacional de Cine y Televisión en San Antonio de los Baños, en Cuba y ha dirigido varias obras, una de ellas el documental Aquí soy José. Otro de los cineastas premiados fue José Luis Narváez, gracias a su cinta Puente de tierra, en la categoría documental.
El jurado, que fue integrado por Peky Andino, Camilo Luzuriaga y Vilky Pérez, se mostró satisfecho y entusiasta por el avance del cine nacional. Una remembranza del desarrollo del séptimo arte ecuatoriano fue expuesto a los presentes. Desde el filme El tesoro de Atahualpa en el que su ambientación fue realizada de acuerdo a la época incaica, sus costumbres y sobre todo con la actuación de figuras ecuatorianas hasta los últimos reconocimientos de Qué tan lejos concedidos en Brasil.
Y es que recordar que la primera producción fue realizada en formato mudo, rodada en Guayaquil, Durán y poblaciones ubicadas a lo largo de la vía férrea cuyo fin era mostrar la unión entre Costa y Sierra, traer a la memoria las coproducciones ecuatoriana-mexicanas como Romance en Ecuador, Peligro mujeres en acción, Contra viento y marea, entre otras, trajeron consigo el orgullo de que en el país pueden producirse cintas de primera calidad.
Ejemplo de ello fueron las tan recordadas cintas como La Tigra, Entre Marx y una mujer desnuda, Rata, ratones y rateros, Crónicas y Qué tan lejos, producciones que han llevado al Ecuador en un sitial cinematográfico de prestigio.
Han pasado 83 años desde que se proyectó la primera película ecuatoriana.
El cineasta guayaquileño Augusto San Miguel difundió su film El tesoro de Atahualpa y fue el pionero.
sábado, 29 de septiembre de 2007
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