sábado, 29 de septiembre de 2007

Venta de libros Cine y música de Ecuador, autora: Wilma Granda

"El Cine Silente en Ecuador 1895-1935"
Wilma Granda Noboa
Edit. Unesco-Casa de la Cultura Ecuatoriana
Quito, 1987
Precio: US$10,oo (casi agotado. No incluye costo de envio)

"El Pasillo: Identidad Sonora"
Wilma Granda Noboa
Edit. Conmúsica
Quito, 2004
Incluye un disco antológico con 26 creaciones musicales del Ecuador, desde 1890.
Precio US$15,oo. No incluye costo de envio

"La Cinematografía de Augusto San Miguel. Guayaquil 1924, 1925. Los Años del aire".
Wilma Granda Noboa
Edit. Casa de la Cultura Ecuatoriana
Quito, 2007
Precio US$ 10,oo. No incluye costo de envio.

Pedidos: 096030178 . wilmagn@gmail.com wgrandan@yahoo.es
De venta: en Mr. Boocks Quito y Guayaquil. Y, Cafetería de la Cinemateca en la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Sala Alfredo Pareja. Av. Patria y 6 de Diciembre, Edificio de los Espejos.

Wilma Granda develará en su obra "los años del aire"

DIARIO HOY (Quito) - www.hoy.com.ec

El martes 14 de Agosto 2007, se presenta la obra de investigación sobre Augusto San Miguel
Luego de largos años de investigación, la subdirectora del Archivo Fílmico de la Casa de la Cultura, Wilma Granda, presenta el libro La cinematografía de Augusto San Miguel. Guayaquil 1924-1925. Los años del aire.
Esta obra servirá como una pieza clave para los estudios históricos y críticos del cine ecuatoriano, ya que Augusto San Miguel, cuya obra se desconoce, ha sido considerado el pionero de la industria nacional.
Esta obra de investigación publicada por la Casa de la Cultura brinda pautas sobre la época en la que vivió este cineasta guayaquileño, en cuyo nombre se celebra, cada 7 de agosto, el Día del Cine Nacional, pues fue la fecha en la que exhibió su primera película: El tesoro de Atahualpa (1924)
La presentación del libro es este martes a las 11:00 en la CCE y estará a cargo del director de la Cinemateca, Ulises Estrella. (PST)

Libro sobre cineasta Augusto San Miguel, se presenta

DIARIO LA HORA (Quito) http://www.lahora.com.ec/ Quito, 13 de Agosto 2007

La obra escrita por Wilma Granda detalla aspectos importantes del pionero del cine argumental en Ecuador.
‘La cinematografía de Augusto San Miguel. Guayaquil 1924-1925. Los años del aire’ es el libro que se presentará mañana, desde las 11h00, en la sala de cine ‘Alfredo Pareja’, de la Casa de la Cultura (Av. 6 de Diciembre y Patria). La entrada es libre.


El libro está escrito por la investigadora Wilma Granda. Se trata de una documentada y detallada valoración del pionero del cine de argumento en Ecuador, Augusto San Miguel. Entre el año 1924-1925, San Miguel hizo tres argumentales y tres documentales con propuestas novedosas y audaces para la época.


Por esta investigación se llegó a determinar que el siete de agosto de cada año sea el día del cine ecuatoriano. En aquel día de 1924 se estrenó el primer argumental ‘El tesoro de Atahualpa’.


En la obra se puede leer el subtítulo ‘Los años del aire’.
Allí, la autora incursiona, a modo de ensayo novelado, en las contradicciones y utopías de la época del cineasta.

Homenaje a Augusto San Miguel, el día del cine nacional

DIARIO LA HORA (Quito) www.lahora.com.ec
Por: Rosita Gorotiza
Desde Guayaquil-Ecuador

Han pasado 83 años desde que el cineasta guayaquileño Augusto San Miguel difundió su film El tesoro de Atahualpa. La cinta se hizo en formato mudo y fue emitida justamente un 7 de agosto de 1924 en los teatros Edén y Colón, de la ciudad porteña.
Precisamente fue que por esa fecha es que el historiador Hugo Delgado Cepeda propuso a que se declare cada 7 de agosto como el Día del Cine Ecuatoriano. El reconocimiento a los pioneros del séptimo arte a nivel nacional, la evolución del mismo y los triunfos internacionales que ha alcanzado en el exterior fueron los argumentados presentados por Delgado para que cada 7 de agosto sea conocido como el Día del Cine Nacional.
Es así que los mejores cineastas se reunieron precisamente ese día en las instalaciones del Maac Cine, en Guayaquil.
El propósito no solo era conmemorar el aniversario del cine, sino que además galardonar a guionistas, directores y actores ecuatorianos que han permitido que el séptimo arte nacional evolucione cada día más.
Uno de ellos fue Fernando Mieles, quien fue condecorado gracias a su película Prometeo deportado, una cinta de ficción que le permitió no solo recibir de parte del Ministerio de Educación y del Consejo Nacional de Cinematografía una medalla de honor, sino que además un reconocimiento
En efectivo de 25.000 para sus futuras producciones.
Mieles realizó sus estudios en la Escuela Internacional de Cine y Televisión en San Antonio de los Baños, en Cuba y ha dirigido varias obras, una de ellas el documental Aquí soy José. Otro de los cineastas premiados fue José Luis Narváez, gracias a su cinta Puente de tierra, en la categoría documental.
El jurado, que fue integrado por Peky Andino, Camilo Luzuriaga y Vilky Pérez, se mostró satisfecho y entusiasta por el avance del cine nacional. Una remembranza del desarrollo del séptimo arte ecuatoriano fue expuesto a los presentes. Desde el filme El tesoro de Atahualpa en el que su ambientación fue realizada de acuerdo a la época incaica, sus costumbres y sobre todo con la actuación de figuras ecuatorianas hasta los últimos reconocimientos de Qué tan lejos concedidos en Brasil.
Y es que recordar que la primera producción fue realizada en formato mudo, rodada en Guayaquil, Durán y poblaciones ubicadas a lo largo de la vía férrea cuyo fin era mostrar la unión entre Costa y Sierra, traer a la memoria las coproducciones ecuatoriana-mexicanas como Romance en Ecuador, Peligro mujeres en acción, Contra viento y marea, entre otras, trajeron consigo el orgullo de que en el país pueden producirse cintas de primera calidad.
Ejemplo de ello fueron las tan recordadas cintas como La Tigra, Entre Marx y una mujer desnuda, Rata, ratones y rateros, Crónicas y Qué tan lejos, producciones que han llevado al Ecuador en un sitial cinematográfico de prestigio.
Han pasado 83 años desde que se proyectó la primera película ecuatoriana.
El cineasta guayaquileño Augusto San Miguel difundió su film El tesoro de Atahualpa y fue el pionero.

Detrás del lente por el que mira Ulises Estrella

DIARIO HOY (Quito) - www.hoy.com.ec

Actualmente, el cineasta y ‘quitólogo’ se desempeña como director de la Cinemateca Nacional. Además, ha publicado varios libros
La primera película que vio Ulises Estrella, fue a los 4 años de edad, en una plaza de Latacunga, donde había llegado por vacaciones en el verano de 1944.
La película era presentada por la Embajada de los EEUU, y era sobre la el conflicto que se desarrollaba en ese tiempo en el continente europeo.
Ulises nunca se olvidó de ese día, de esa plaza, de ese momento. La película se quedó impregnada en su retina: el cine había entrado en su vida.
Acababa la adolescencia de Ulises y en Buenos Aires conocía el cine de Ingmar Bergman -recientemente fallecido- lo que sería una experiencia indescriptible en su vida. Con esa emoción renovadora, el siguiente año volvió a Quito, decidido a romper las barreras para que el público quiteño pudiera ver a Bergman, Antonioni y otros grandes cineastas que no se conocían en la programación normal.
En 1964, fundó su primer cine club en el Cine Granada. “El señor que exhibía las películas pornográficas del cine Hollywood también tenía cintas de importantes directores de la época, le llegaban como paquete y él no sabía qué hacer con ellas”, recuerda.
Por primera vez cineastas como Fellini, Visconti y Antonioni se presentaban al público capitalino. Su primer debate lo dirigió en esa sala de cine, a la edad de 24 años, y fue sobre el film Ocho y medio, de Fellini.
La ambición de continuar con un cine club continuó y en 1966 fundó el de la Universidad Central, que funcionaría por casi 15 años.
El éxito conseguido sería inmenso, el club contaba con 2 000 socios en su segundo año.
“Convertimos a la sala de cine universitario, de 1 250 butacas, en una sala de cine arte”. Ese mismo año organizó el primer festival de cine sueco. Además se empezaron a dictar cursos, organizar talleres, conversatorios y debates alrededor del séptimo arte.
Estaría en la Universidad Central por 12 años más. Su gestión durante esos años fue muy importante para la cultura de la ciudad.
A finales de los 70, ingresó a la Casa de la Cultura Ecuatoriana, a fundar primero la sección Cine y luego, en 1981, la Cinemateca. “Esto quiere decir que la Cinemateca cumple este 2007 26 años”, dice lleno de satisfacción.
Todavía dirige la Cinemateca, su trabajo desde ahí es arduo. Ha organizado una serie de importantes festivales de cine de diferentes países y directores. Además, ha aportado en la investigación cinematográfica del país.
La Cinemateca de la Casa de la Cultura Ecuatoriana ha promovido varias investigaciones y libros acerca del cine en el Ecuador, sus comienzos y su desarrollo.
Tiene 68 años y Bergman sigue siendo su director favorito; tiene el deseo de hacer un festival de las películas del director sueco. Su cuartel es el archivo cinematográfico que tiene en la CCE: cientos de películas de todas las partes del mundo y de grandes directores reposan ahí. Algunas viejas máquinas están colocadas a manera de decoración, otras sirven todavía. En el lugar se respira cine.
Estrella sufrió hace cuatro meses de un infarto al corazón. “Fue una experiencia cercana a la muerte”, cuenta y añade: “He tenido varias, en 1950, en Latacunga, en el terremoto de Ambato, el suelo se abría a mis pies”. Ante la pregunta de que si ve su vida como una película, responde que sí.
“Después del ataque al corazón, vi una retrospectiva de mi vida. Pude ver, una vez más, esa película de guerra en la plaza de Latacunga, vi cuando viajé como poeta trashumante a algunas ciudades importantes del mundo, observé mi experiencia en el movimiento tzántzico, el café 77…”. A la interrogante sobre cuál sería la canción que escogería para acompañar la película sobre su vida, Ulises se queda pensando y responde: “Creo que el ‘Adagio’ de Abinioni, esa melodía, como buena composición barroca, sube y baja de tonos constantemente; como lo hace la vida”, concluye. (NAP)

Continúa el ciclo de cine realista ecuatoriano, el miércoles 5 de Septiembre en la CCE.

El próximo miércoles 5 de Septiembre, a las 18:00 horas, en la sala de cine Alfredo Pareja de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (Av. Patria entre Seis de Diciembre y Doce de Octubre), se reinicia la segunda etapa de la muestra TESOROS DEL ARCHIVO FÍLMICO ECUATORIANO, con los siguientes documentales:

Tiempo de Mujeres (1987): En Santa Rosa, un pequeño poblado de Cuenca, habitan exclusivamente mujeres y niños. Los hombres han emigrado a los Estados Unidos en busca de sustento económico. Aunque la nostalgia por los ausentes permanece, la agrupación comunal sobrevive gracias a las mujeres.

De trabajos y Nostalgias (1991): Como continuidad del primer trabajo documental Tiempo de Mujeres, la directora Mónica Vásquez filma a quienes emigraron y reproduce la noción de “ser ecuatoriano” para muchos ecuatorianos que intentan no perderse en el anonimato.

Don Eloy (1981): El primer trabajo cinematográfico del prestigioso director ecuatoriano Camilo Luzuriaga. La apertura ideológica de la Revolución Alfarista es valorada a través de la memoria colectiva de dirigentes y hombres del pueblo quienes testimonian los logros fundamentales de la Revolución Liberal de 1895 y su líder, Eloy Alfaro. Se narran los hechos que conmocionaron la política para oponerse al sistema de hacienda y al poder eclesial. Muestra su consistencia en una gran investigación documental.

Mónica Vásquez (Quito Ecuador 1949). Es una de las pocas cineastas ecuatorianas con reconocimiento internacional en los años ochenta. Alcanza distinciones en Alemania, España, Checoslovaquia.
Filmografía :
Camilo Egas, el pintor de nuestro tiempo (1983), Madre Tierra (1984), Exodo sin ausencia (1985), La otra luz (1984), Tiempo de Mujeres (1987), Sueño verde (1988), De trabajos y nostalgias (1991)


Camilo Luzuriaga (Loja Ecuador 1953). Director, fotógrafo y actor desde 1971, profesor de Cine en la Escuela de Cine y Actuación de Quito, fundador de Grupo Cine, Ocho y Medio, Maac Cine y de la Escuela de Cine y Actuación INCINE.
Filmografía:
1809-1810 Mientras llega el día (2004), Cara o cruz (2003), Prueba de vida (2000). Productor. Entre Marx y una mujer desnuda (1996). Premio Coral a la Mejor Dirección Artística en el Festival de Cine de La Habana y mejor guión y mejor banda sonora en Trieste. La Tigra (1990). Mejor película en el XXIX Festival de Cine Iberoamericano de Cartagena. Los mangles se van (1984). Mejor Película Educativa en el VI Festival de Cine de La Habana. Así pensamos (1983). Segundo premio en el II Festival de Cine de los Pueblos Indios, Río de Janeiro. Chacón Maravilla (1982). Primer premio en la categoría de cine infantil en el Festival de Tampere, Finlandia. Don Eloy (1981). Segundo premio en el Primer Festival de Cine Ecuatoriano, Quito.



Estas películas son parte de una etapa decisiva en el cine ecuatoriano de las últimas décadas del siglo pasado. Su circulación en ciertas salas del país y el extranjero, desbrozó un camino para nuevas inquietudes cinematográficas de los mismos autores y de los nuevos.

La Muestra Tesoros del Archivo continúa a lo largo del año 2007, cada miércoles alterno. El conversatorio, al final de la proyección, contará con la presencia del Director Camilo Luzuriaga.

Retire el folleto de nuestra segunda temporada, en la sala de cine.
LA ENTRADA ES LIBRE Y LA HORA PUNTUAL.

Quito, 29 de Agosto de 2007.

PRESENTACIÓN DE LIBRO SOBRE CINEASTA AUGUSTO SAN MIGUEL

CONSEJO NACIONAL DE CINEMATOGRAFÍA

OFICIO No DE-056-07-CNCINE.


Quito, 5 de septiembre de 2007


Lcda.
Wilma Granda
CINEMATECA NACIONAL DE LA CCE
Presente,-

De mi consideración:

El Consejo Nacional de Cinematografía de Ecuador tiene el alto honor de hacerle llegar su saludo y felicitación por la reciente publicación del libro La cinematografía de Augusto San Miguel. Guayaquil 1924-1925. Los años del aire .

Este evento no ha hecho sino ratificar la trascendencia de sus investigaciones sobre la historia del cine nacional. Su aporte será reconocido por generaciones venideras no sólo de nuevas y nuevos cinéfilos y cineastas, sino por el conjunto de ecuatorianos y ecuatorianas que cuentan desde ya con literatura de ensayo de calidad sobre figuras claves del pasado.

San Miguel durmió olvidado por décadas, hoy revive en su texto y con él la raíz del mito de los orígenes del cine de ficción realizado en Ecuador.

Reiteramos a través de la presente nuestros altos sentimientos de estima y consideración.


Atentamente,


Soc. Jorge Luis Serrano
Director Ejecutivo
CONSEJO NACIONAL DE CINEMATOGRAFÍA



Consejo Nacional de Cinematografía, Ministerio de Educación, 4to. Piso.
2555014 - 2909151 ext. 114
Av. Eloy Alfaro y San Salvador
Quito

LOS SHUARAS en MUESTRA TESOROS DEL ARCHIVO

Con documental SHUAR: PUEBLO DE LAS CASCADAS SAGRADAS (1986) continúa la Muestra Tesoros del Archivo Fílmico Ecuatoriano, el miércoles 19 de septiembre en la CCE.

Cinemateca Nacional presenta el miércoles 19 de septiembre, a las 18:00 horas, en la sala Alfredo Pareja de la CCE (Av. Patria entre Seis de Diciembre y Doce de Octubre), el documental Shuar: Pueblo de las cascadas sagradas realizado por la cineasta suiza Lisa Faessler el año 1986.

Son escenas documentales de la vida cotidiana de los Shuar, no exentas de filosofía: la explicación interiorizada de sus creencias, los poderes secretos del “Arutam”, los medios socializados de su convivencia, el sentido del trabajo comunitario y su dimensión de la vida y de la muerte, deslumbran por su humanidad. La cámara es solo un acompañante visual.

La autora afirma: “No es una película que explica. No es exótica ni decorativa. Solo observa y deja hablar a los Shuar. Ellos se presentan como quieren y el ritmo de la película se aproxima mucho al ritmo de su vida. Intenta no juzgar, no aplicar valores occidentales, ni ser moralista o puritana”

Lisa Faessler se graduó en la Academia Alemana de Cine y Tv. Visita Ecuador regularmente, desde 1981.

La Muestra Tesoros del Archivo continúa a lo largo del año 2007, cada miércoles alterno, con un conversatorio al final de la proyección.


LA ENTRADA ES LIBRE Y LA HORA PUNTUAL.
Nota.- Retire el folleto de la segunda temporada, en la sala de cine.

Quito, 12 de Septiembre de 2007.






Durante nuestra programacion Tesoros del Archivo en la Sala Alfredo Pareja de la CCE, a las 18:00 horas del miércoles 19 de septiembre de 2007, donde proyectaremos la película "Shuar Pueblo de las Cascadas Sagradas" realizada por Lisa Faessler en 1986, presentaremos a continuación, el estreno de un documental actual sobre esta misma etnia y realizado por el cineasta Carlos Naranjo y la Unidad de TV-CCE, durante 2006-2007.

Tìtulo: "Comunidad Shuar: Sevilla Don Bosco"
Duración: 20 min.
Direcciòn Edición:Carlos Naranjo
Cámara: David Navarro, Nelson Aguilar
Edición, post producción: Carlos Sosa
Formato:DVD

Síntesis: Un maestro shuar relata la realidad de su etnia en condiciones actuales, muy distintas a las de hace dos décadas.

Les animaremos a un conversatorio sobre lo visionado y sus temáticas.
La entrada es libre y la hora puntual.



Quito, 17 de septiembre de 2007

Obra de Edgar Cevallos el próximo miércoles 3 de Octubre en la CCE.

En la continuación de la muestra TESOROS DEL ARCHIVO FÍLMICO ECUATORIANO, Cinemateca Nacional presenta el próximo miércoles 3 de Octubre, a las 18:00 horas, en su sala de cine Alfredo Pareja de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (Av. Patria entre Seis de Diciembre y Doce de Octubre), dos argumentales del Director Edgar Cevallos Rosales:

UN ATAUD ABANDONADO (1981) Adaptación de la obra homónima de Pedro Jorge Vera, en tono de comedia plantea uno de los tópicos del convivir quiteño: la ambición familiar ante la inminente muerte del padre de familia. La ambientación y la caracterización tienen tintes satíricos.

UNA ARAÑA EN EL RINCÓN (1982)
Adaptación del cuento homónimo de Juan Valdano. Se trata de un monólogo en el que un joven minusválido reflexiona sobre su condición de marginado y del mundo como “una teleraña”.

El director Edgar Cevallos se acoge a una línea temática y estética que en la década de los ochenta caracterizaba al cine latinoamericano. Es decir, la estructura narrativa del drama matizado con detalles pintorescos. Cevallos explora lo cotidiano de la disímiles circunstancias de los ecuatorianos.

Edgar Cevallos Rosales (1948)
Se inicia como Productor en “Meditaciones para los que no meditan” (1970) de Fredy Elhers. Luego es director en documentales como: “Balcón de los Andes” (1975), “Viejo Río” (1977), “Imagen de mi ciudad” (1978). Y los argumentales: “Hasta cuándo padre Almeida” (1979), “Miguel de Santiago” (1980), “Espejo el precursor” (1980), “Daquilema” (1981), “Ataud Abandonado” (1981), “Araña en el rincón” (1982) y “Luto Eterno” (1982) .

Crea dioramas sobre Ecuador y la ciudad de Guayaquil. Seis siglos de Historia en imágenes tridimensionales animadas acerca del origen y evolución de un país y una ciudad, compilados en escenarios de miniatura. Recibe varios reconocimientos nacionales e internacionales. Incluso, de la empresa norteamericana Walt Disney por sus trabajos de animación cinematográfica.

La Muestra Tesoros del Archivo continúa hasta fin del año 2007, cada miércoles alterno. El horario permite un conversatorio al final de la proyección.

LA ENTRADA ES LIBRE Y LA HORA PUNTUAL.

Quito, 26 de septiembre de 2007.

domingo, 9 de septiembre de 2007

LA CINEMATOGRAFIA DE AUGUSTO SAN MIGUEL

INTERVENCION EN EL LANZAMIENTO DEL LIBRO
"LA CINEMATOGRAFÍA DE AUGUSTO SAN MIGUEL. GUAYAQUIL 1924-1925. LOS AÑOS DEL AIRE"


En 1984 se me invitó a colaborar en la investigación del cine ecuatoriano como una tarea que implicaba recuperar la memoria de las imágenes filmadas en el país, tanto en su formato físico -película- como en documentos escritos o testimonios orales. Lo empezamos a hacer auspiciados por la UNESCO y la Casa de la Cultura, en dos etapas del Taller de Investigaciones de la Comunicación que lo integrábamos de 1984 a 1987 junto a Teresa Vásquez y Mercedes Serrano y, en una última etapa, hasta 1989, con Azucena Cornejo.

En aquel tiempo, lo único que yo conocía sobre el cine ecuatoriano, lo llevaba entre mis manos. Mostré a quien me entrevistaba, unos recortes y fotografías sobre la película "Los Guambras", filmada en 1961 por Industria Fílmica Ecuatoriana de Gabriel Tramontana. Curiosamente, la película estaba co-dirigida por un chileno llamado M. Cirilo San Miguel, quien no llamó mi atención. Hace pocas semanas me llegó una fotografía de este mismo señor M. Cirilo San Miguel cuando filmaba "Los Guambras". Han debido pasar 23 años de esa entrevista para que me corresponda decir que yo llevé a Augusto San Miguel de mi mano o él me llevó a mí. Pues el chileno M. Cirilo San Miguel, bien puede ser el hijo desconocido de nuestro cineasta guayaquileño Augusto San Miguel Reese con su amada chilena Margot Louis. Amante de quien la Madre de Augusto le separó, pues consideraría que era una bataclana -léase vedete- que andaba de ofrecida por los teatros de Guayaquil. Otro dato que alimenta mi hipótesis es que el nombre del padre de Augusto, coincidencialmente, es también Manuel Cirilo. Esto les cuento solo para demostrar que aún cuando haya concluido este libro, me siguen perurgiendo curiosidades sobre San Miguel y sus contextos.

Una vez ingresada al personal de Cinemateca decidimos buscar no solo en periódicos viejos y revistas de la época sino entre las voces de la gente que, desde los años ochenta, permitió que tejiéramos un entramado de la memoria sobre la cinematografía argumental de los años veinte que había desaparecido y de su principal realizador, el joven guayaquileño Augusto San Miguel. Hoy podemos dar cuenta de que en el 2007 celebramos 83 años del estreno del primer argumental fílmico "El Tesoro de Atahualpa" y 70 años de la muerte de Augusto San Miguel. Además de conmemorar el 25 aniversario de Cinemateca Nacional del Ecuador. Todo junto, en este año importante, vuelve más grata la ocasión para hacer público un esfuerzo editorial que la Cinemateca y la Casa de La Cultura Ecuatoriana ofrecemos hoy a ustedes. En tal sentido, me corresponde agradecer a las autoridades y funcionarios de la Casa de la Cultura.

La investigación y el libro han sido producto de nuestro trabajo en Cinemateca Nacional, desde 1984 y, de una primera entrevista que convenció al Director Ulises Estrella que debía contratarme. Es producto también de una maestría en Estudios de la Cultura en la Universidad Andina Simón Bolívar que finalmente me otorgó el tiempo y la presión suficiente para concertar la escritura definitiva. En este entorno debo agradecer a Ulises Estrella y a los compañeros de Cinemateca Nacional: Verónica Falconí, Laura Godoy, Fabián Cadena, Rita Rojas, Hernán Chinchín, Milton Jácome. A los compañeros de la sala de cine, Luis Tacuri, Diego Sosa, Manuel Arguello, Catalina Granda, Fernando Paez. Y a José Laso, Fernando Balseca y Edgar Vega, por la tutoría en la Universidad Andina.

Y bueno, ¿cuál la novedad que podríamos decir recoge este libro ? Podríamos decir que la cinematografía argumental de los años veinte, accede a maniobrar una historia –con minúsculas– que se disfraza de ficción cinematográfica como un pretexto para recorrer el inventario de ideas acerca de un humanismo libertario o de solidaridad social, que necesitaba divulgación en la época. Y aquello se lo intenta con códigos distintos que usan imagen, movimiento de cámara, guión y unas estrategias narrativas a las cuales no les interesa producir conocimiento histórico sino reconstruir ficciones, recrear visiones del pasado y/o satirizar el presente. Señal de que esa cinematografía vence obstáculos, más allá de un pretendido realismo.

Recuperar la memoria de esa cinematografía es entonces recuperar una forma de representación que no pretende certezas. Que aborda la tensión irresuelta entre memoria y olvido y opta por activar las distintas memorias del pasado, incluso como una disputa que pretende explorar en las formas de organizar y constituir una práctica cultural subalterna como la cinematografía argumental de los años veinte.

Este libro duró mucho. Y, creo que más de uno puso el empeño en no morir, antes de ver que el libro tuviese un fin. Lastimosamente, constatamos la pérdida de nuevos testimonios en: Alfredo Pareja, Elvira Estrada Cevallos, Jorge Villacrés Moscoso, Ángel Felicísimo Rojas, Nela Martínez, Carlos Julio Arosemena. Agustín Cuesta, a los cuales agradezco. Las joyas provienen justamente de ellos, testigos del modo de ver el cine silente y a quienes, en los ochenta, pudimos entrevistar. Las joyas provienen también de la generosidad de varios amigos emigrantes que enviaron todo lo que yo mandé a buscar: la novelina de Augusto San Miguel, su foto de niño, sus padres o abuelos, García Lorca y La barraca, datos sobre el tío de Augusto -el muerto anticipado-. Información sobre el abuelo fundidor, el bisabuelo pulpo. El texto de la milonga infantil, del volvulus y de la tripa, del cuadernillo atado con sogas de pita, de sus cartas. En fin, de Rodrigo Chávez González, incondicional amigo de Augusto y único fundador del marxismo indoamericano y del folklore montubio en Guayaquil, autor de bellas marchas y valses montubios conocidos como marsellesas liberales.

En fin, entre aquellos que se fueron y los que todavía estamos aquí, hemos puesto lo que falta o lo que sobra a las películas y a los personajes del libro de San Miguel. Juntos hemos logrado, creo, ese caos que solo la poesía admite. Podriamos decir que no hemos desperdiciado un pedazo de la vida compartida, a propósito de este libro. En este sentido agradezco a María Lavinia San Miguel de Philips, Sara Icaza de Diez, Enrique Alarcón San Miguel; Hugo Delgado Cepeda; Rodolfo Pérez Pimentel; Nicolás Kingman; Rodolfo Pérez Santana; Pablo Ulloa; Otón Chávez Pazmiño; Fernando Paz Reese; Marcos Espinosa; Cristóbal Montero Reese; Gabriel Tramontana; Lidia Noboa; Gladys Paz Reese; Luis Miguel Campos; Gustavo Valle; Pedro Saad H. Christian León; Elena Noboa; Hernán Ibarra.

La joya mayor para mí es, entonces, el anexo literario llamado “Años del aire” incluído al final del libro y es lo único que yo recomiendo leer. Allí se replican esas voces diferentes para un texto que, con el ejemplo de San Miguel, se asume ecléctico. No es cuento ni novela y no es tampoco una verdad ni una mentira absoluta. Tanto que he dicho a mis amigos testimoniantes, vivos o nó, que juntos hemos logrado este collage de memorias, de trazos y de huellas sobre una época ingenua o heroica del cine nacional. Y, al final, puede quedarnos una sensación de espiral como un corto camino de retornos donde otra vez podríamos encontrarnos casi en el mismo lugar. Como en aquel perdido proyecto New Guayaquil de 1906 con que hoy resuena el Malecón del Guayaquil 2007. Apellidos pelucones o piguaves que son los mismos y a los que solo cambian las indumentarias o los oficios. Los antiguos destiladores de alcohol hoy son poderosos dueños de medios de comunicación. Y ya no hay caravanas mortuorias que sean miradas por un decapitado Medardo, hoy hay señales digitales WWW en los techos de las casas de caña, sin calaveras ni ostiones estancados en las leyendas y espantos de mi feliz niñez .

He podido resarcirme de esas memorias. Y, aunque otros fantasmas vengan a soplarme la nuca, la experiencia de San Miguel no me agota. Parafraseando a Tomás Eloy Martínez, quien sabe y hasta insista con imágenes, es decir, con un guión para una película de ficción y entonces, sea dable otra vez:
“remar con las palabras, llevando a (San Miguel) en el barco, de una playa a otra del ciego mundo. Y no se sepa en qué punto del relato estamos y creamos hallarnos en el medio, pese a que hace mucho, seguíamos en el medio y debamos volver a escribir, una vez y otra vez".[1].
Y entonces deba agradecer a ustedes y a otros la posibilidad del futuro, a mi familia que me dispensa tanta falta de tiempo. A Ulises Estrella, siempre, a Rita Rojas y a Angela Pazmiño.

[1] Tomas, Eloy Martínez, Santa Evita, Madrid, Santillana 2003, p. 441.

Wilma Granda Noboa
Quito, 14 de Agosto de 2007
Sala Alfredo Pareja Diezcanseco CCE

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